Los Castaños de Calabazas están declarados como Árboles Singulares de Extremadura. Algunos tienen mas de quinientos años y otros cuantos pueden presentar la estampa de centurias a sus espaldas.


Ruta a los Castaños y la Chorrera de Calabazas Esta es una ruta preciosa, de dificultad relativamente baja, que se puede realizar con niños. La Chorrera de Calabazas se encuentra junto a Castañar de Ibor, con lo que podemos aprovechar para hacer una visita al Centro de Interpretación de la Cueva de Castañar de Ibor. Además en la ruta podremos disfrutar de los Castaños de Calabazas, declarados árboles singulares de Extremadura, y podremos ver una planta del Terciario, prácticamente extinguida en la Península: el loro.
Esta ruta se puede realizar durante todo el año y los paisajes son bellísimos en cualquier época. Pero si la hacemos en otoño, en esas 3-4 semanas en las que los castaños se visten de colores ocres y amarillos antes de perder sus hojas, podremos ser testigos de un auténtico espectáculo, sobre todo en la zona de los Castaños de Calabazas
El camino que nos lleva a la Chorrera está en el otro extremo de Castañar de Ibor con respecto a la Cueva de Castañar. La ruta la podemos comenzar desde las propias calles del pueblo, buscando el camino de las Pasaeras.
Aunque la ruta es de dificultad baja, los primeros kilómetros son de subida constante y parece que no acaba nunca.. Simplemente hay que tomárselo con calma y no desesperar, sobre todo si vamos con niños. La pista es transitable para vehículos, así que ese primer tramo se podría hacer en coche, pero hay que tener en cuenta que hay zonas con mucha pendiente y con el camino en estado regular, barro.
Son 17 castaños centenarios y monumentales, y un enorme quejigo. Forman parte de los Árboles Singulares de Extremadura.
Entre los castaños destaca por ejemplo el llamado Castaño del Postuero con un tronco enorme de unos 8 metros de perímetro y una altura de 17 metros. Las raíces superficiales son enormes y en los meses más húmedos y fríos las encontraremos con musgo verde precioso.
El último kilómetro nos conduce por una estrecha senda entre helechos hasta el Chorro de Calabazas, que llevará agua conforme a la estación del año de nuestra visita (en verano podemos encontrarlo seco). En cualquier caso merece la pena llegar hasta aquí para divisar la panorámica que se nos presenta.
Recorrido: 8 km.
Duración: 2-3 horas
Dificultad: baja